Con dos sedes de éxito en La Gran Manzana, el chef Erik Ramírez y su socio Juan Correa comienzan un nuevo reto con Llama Inn Madrid, que acaba de abrir sus puertas en el cruce de la calle Conde de Xiquena con Prim.
Para conquistar al público madrileño, el equipo de Llama Inn apuesta por una propuesta gastronómica que combina lo mejor de la cocina peruana con un imprescindible punto de inspiración madrileña desde una perspectiva contemporánea.
Viajar tiene el poder de cambiar la vida de las personas y un ejemplo de ello es el chef Erik Ramírez. Nacido en Nueva Jersey y de padres peruanos, quedó completamente impresionado tras una visita a Perú en 2009, donde se reencontró con un recetario orgulloso de su identidad y tradición, pero también en constante evolución. Esto le hizo cambiar de rumbo y enfocarse en sus orígenes, explorando las posibilidades ilimitadas de la cocina peruana.
De forma simultánea, Juan Correa, socio fundador de Llama Inn, también apostó por sus raíces, aparcando su carrera profesional dedicada a la banca de inversión para perseguir su sueño: promover la cocina peruana en Estados Unidos. Y así es como surge Llama Inn, un concepto “peruyorkino” que va más allá de los clásicos, fruto de la unión de dos profesionales estadounidenses de origen peruano que buscan dar a conocer, poner en valor y elevar todos los estilos de la cocina peruana a través de una reinterpretación de recetas tradicionales con un enfoque ecléctico y contemporáneo.
La variada carta de Llama Inn combina lo mejor de la cocina criolla, amazónica, andina, norteña, nikkei y bachiche. Como entrantes, destacan dos tipos de anticuchos, una brocheta típica de la comida callejera peruana: con panceta cocinada a baja temperatura, salsa char siu cantonesa y ajíes encurtidos con spicy mayo, y otra opción a base de col con chancaca, aderezada con miso, quinoa y furikake, un condimento japonés elaborado a partir de algas, sésamo y pescado deshidratado.